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Recién acabo de llegar de un viaje por el DF y tuve la fortuna de estar en medio de una paranoia colectiva llamada influenza porcina, porkiña, hamtoniana o como quieran llamarle, durante aproximadamente una semana me toco vivir como se pasaba de la fase 3 a la fase 5, casi casi llegando a convertirse en pandemia, he de confesar que en un principio temí que esto fuera parte del apocalipsis y ahora si nos En esos días, caminar por la ciudad era igual a caminar en un pueblo fantasma, solo faltaban las bolas de paja del viejo oeste (y no hablo del espantapájaros del mago de Oz en playa nudista jeje), impresionante ver al 95% de la gente haciendo del tapabocas su signo de identidad, algunos mas proyectados, se sentían cirujanos y hasta guantes de látex se ponían, llegue a ver casos en los que usaban hasta mascaras antigases (no vaya a ser la de malas que se tiren un pedo radioactivo) y bueno, también salió a relucir el folklore del mexicano plasmando de manera creativa, muy creativa en algunos casos, sus diseños con dentaduras peculiares sobre el tapabocas, otros aprovecharon para darle uso a esa prenda favorita de la infancia y recortaron el pedazo con su personaje favorito de Disney y bueno, hubo hasta el astuto que vio la oportunidad de dar uso a esa mascara de Hannibal Lecter que quizás solo compro para la colección o para el Hallowen, esa se lleva mi reconocimiento jeje (¿se nota que soy fan de Hannibal?). En el metro había un ambiente muy pasivo y los pocos que transitaban por ese medio, no querían tocar nada! , por aquello del no te entumas, los restaurantes, aunque no habían cerrado en un principio, prácticamente tenían un 10% de la gente habitual, días después, decretaron que solo se brindara servicio para llevar, o sea, por si no habían entendido el mensaje "quédense en su
En el centro había gente, no la de costumbre pero aun había movimiento, en Coyoacan si que se noto la época de crisis, muy poca afluencia, era algo nostálgico, en las principales plazas de la ciudad era triste ver todo cerrado, los cines con los anuncios apagados, las áreas de comedor limpias completamente, jamás había visto algo así, am… bueno, quizás en películas como: Exterminio, Soy leyenda, los muertes vivientes, etc.
Los noticieros seguían informando de lo que acontecía, que hay tantos casos confirmados, que ya murieron por influenza otros tantos, en fin, continuaban alarmando a los ciudadanos, este punto también lo platique con mi prima, Médico Cirujano y me menciono que esa gente muy probablemente haya muerto bajo condiciones “normales” vaya, pudiendo ser por otras causas ajenas a la influenza, y que no eran cifras alarmantes, lo que es un hecho es que hasta ahora no conozco a nadie que me diga que tiene un conocido o un familiar que se haya enfermado de esa dichosa influenza, además, pienso que si muestran las tasas de mortalidad, seguramente no habrá incremento, me atrevo a pensar que incluso habrán disminuido porque al estar la gente encerrada, no se expone y obvio ocurren menos accidentes, en fin.
En los últimos días que estuve por allá, pude percatarme que cada vez eran menos los que usaban el cubre bocas, quizás porque ya no había en la farmacia (ah como hicieron negocio esos condenados!!) o quizás porque simplemente se dieron cuenta de que era pura farsa esto de la Influenza (Dios quiera que haya sido esto último) , que ya no es porkiña, sino que es humana!!, también empezó a haber más movimiento, en el regreso a Coyoacan pude constatarlo ya que había bastante gente, como un Domingo normal, puestos de chucherías, chicharrones, churros, ahhhhh se respiraba vida, fue grato llevarse esa postal en mi ultimo día por esos rumbos.
Ya para concluir, narrare lo que sucedió en el aeropuerto de Toluca, que se suponía tenía un despliegue de médicos y aparatos térmicos para detectar a posibles portadores y cuál fue mi sorpresa cuando llegue!, solo me dieron una mamada de encuestita y que ¡yo! tenía que llenar donde preguntaban si tenía los síntomas confiando en el alto sentido de mi ética como mexicano, esta encuesta de cómo 5 preguntas, se la entregue a un encubrebocado que ni la reviso, ahora que lo pienso, puede haber contestado que si tenía todos los síntomas y no hubiera pasado nada, acto seguido me pasaron un aparatito, tipo lector de código de barras que apuntaba a mi cuello y en 2 segundos me dicen” 33º” y yo de uff!! Que cerca estuve, am… casi llego a 39º en fin, al llegar al aeropuerto de Mérida y antes de entregarme mi equipaje, me hicieron llenar la misma mamada de encuesta, solo que en este caso solo era una persona encargada (en el aeropuerto de Toluca eran 3), y en esta ocasión el aparato apunto a mi frente y yo de… am…. Esta segura que sabe usarla? Y segundos después me dice “36º” uff en ese momento pensé en que: afortunadamente era el ultimo aeropuerto, si visito otro, igual y llego a los 39º y entonces sí, baile pegado, ja! sobre la encuesta… se la deje a un vigilante de aeropuerto que ni idea tenia de que hacer con ella (lo deduje por su cara de what y los 5 segundos que transcurrieron en silencio), creo que fui de los pocos que lo hicieron, porque delante de mi iban al menos tres que; o no llenaron el cuestionario o bien se lo quedaron, seguro algo ocultaban los muy infames! Allá ellos y su conciencia ja!
Y así concluye mi relato durante estos días de epidemia, haciendo una experiencia más en mi querida vida, solo me quedaron unas dudas:
Sera esto un plan malévolo del Dr. Simi para vender su pedido excesivo de cubrebocas?
Acaso porky, hamton y los tres cochinitos, encabezados por peggy se cansaron de que los agarraran de sus “puerquitos” y crearon su propio virus?
O simplemente es una cortina de humo mundial para hacer menos evidente la catástrofe financiera?
No se pierda el desenlace de esta apasionante historia de: “Mama… soy puerquito, no hare cochinadas”
Entrada realizada por:Isaias Arredondo
Tags: Mis Anécdotas , Mis Notas
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Mérida, Yucatán
